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Foro CND – día 4 – martes 27 de Agosto

Las hermanas Japonesas de la Provincia María nos han invitado con una bella oración a mantener un espíritu de paz, sabiendo guardar el silencio, con un bello canto y el texto de Evangelio de Mateo 23, 23-26.

Así hemos comenzado el día martes, donde se le dio la bienvenida al padre Ismael Moreno sj, más conocido para nosotras como Melo, quién ha estado en esta sala siguiendo las conferencias y ahora le toca su turno de hablarnos sobre la Iglesia, el tema racial y la descolonización del poder.

Estas palabras hay que decir en boca de Melo “son palabras para nuestro propio compromiso” eso ya nos sumerge en un ambiente de confianza y desafiándonos a buscar juntas como podemos ser esos candiles que alumbren tantas oscuridades. Puso sobre el tapete los cuatro grandes engaños, o sombras que se esconden con apariencia de luz.

Primero que la paz puede llegar a través del conflicto si destruimos a nuestros enemigos, sin importar las victimas que deja.

Segundo: El falso brillo del capital que encandila y oscurece y nos deja atrapadas en la historia del mercado. Poner la esperanza en el brillo del capital es congeniar con la catástrofe que se viene encima, el gran brillo nos puede llevar al gran apagón.

Tercero. Las relaciones de la lógica del poder nos llevarán al cambio, entendiendo que todos ejercemos en diferentes espacios poder, y según el uso que hagamos del mismo, habrá o no transformaciones.

Cuarto: La ideología de género: La que nos desvía de la orientación principal puesto que cuestiona los paradigmas establecidos, grandes debates contemporáneos con facilidad nos desvían de la misión radical y la apuesta por el Evangelio.

Todo esto dicho aquí es una espléndida oportunidad para el dialogo, el debate, y para actualizar criterios y enriquecer nuestra fe.

Ante estos engaños hay tres tentaciones de nuestro tiempo.

  1. Querer cambios bruscos ante un poder que aplasta, y la desconfianza profunda hacia los liderazgos.
  2. El encierro, que me lleva a una apatía y no soy capaz de enfrentar el mundo.
  3. Buscamos formas de escapar de la realidad.

¿Entonces cómo nos enfrentamos a estas mentiras y vencemos su legado?

La respuesta del padre Melo es: Viviendo y sintiendo desde las periferias, es un regalo para quienes han sido orillados porque toda periferia incomoda, si es real y opcional.

Escuchando los testimonios de los oprimidos y los privados de sus derechos; convirtiéndonos en una Iglesia que se niega a trabajar desde el “centro” del poder y sus privilegios que se ha construido sobre un modelo colonial, una Iglesia que desmantela las estructuras jerárquicas y abre espacios seguros en los que se puede escuchar diversidad de voces.

Para alcanzar todo esto debemos de empezar por descolonizarnos a nosotras mismas, nuestras estructuras y nuestras instituciones.

Para eso se necesita honradez, y fidelidad y no retractarse a lo que uno cree y apuesta desde sus opciones.

Continuamos después de la pausa un buen té o café, yo chocolate para animarnos a escuchar a la hermana Sandra Margarita Sierra y la señora Leila Celis, que nos hablaron sobre la teología de la descolonización.

Ambas nos han ayudado para interpretar primero desde qué ángulo me posiciono, para ser capaz de examinar mi fe, mi cultura, política y economía. Hay que ser conscientes que la colonización nos ha marcado a todos y todas de una u otra manera, en posturas como colonizadas o colonizadoras, lo que hasta el día de hoy sigue influyendo en nuestra vida, nuestra forma de actuar, pensar, de organizarme.

Juntas debemos encontrar los puntos de convergencia para encontrar maneras liberadoras donde la Iglesia sea signo de esperanza para las personas empobrecidas.

Pero nada de todo esto puede suceder como arte de magia, puesto que nos exige repensar las relaciones que hay y están muy marcadas norte/ sur y a la vez rechazar aquellos modelos extractivistas basados en la explotación de las personas y sus recursos.

Un elemento importante a no olvidar es que cuestionar la colonización es básicamente un elemento de justicia, y eso nos encamina bajo esta premisa que es posible construir algo nuevo algo que realmente nos acerca al Reino

El día ha sido bastante cargado era necesario cargar las pilas con el almuerzo y para quienes les es posible un merecido descanso, pues la tarde estaban ya previstos varios talleres, las salas preparadas y las y los animadores listos   para continuar sobre lo reflexionado por la mañana, compartiendo nuestras luces, esperanzas, desafíos, temores pero sobre todo el llamado a repensar esta manera de concebir mi pequeño mundo no olvidando que somos un todo, un nosotros, nosotras  con nuevos lentes, nuevos oídos lo que nos permita no perder las esperanzas que son las que nos mantienen y mantienen a quienes sufren.

Como reza el canto: “Cuando el pobre, crea en el pobre, ya podremos cantar libertad”.  El símbolo de la plantita que nos acompaña en la mesa circular nos recuerda que tenemos un compromiso no dejarla morir.

Finalmente hermoso escuchar a Jean Marie Rugira dar en nombre de todas las hermanas dar las gracias a la generación de la herencia las que pintan canas y caminan a paso lento pero seguro, y las que ya están gozando de esa presencia de Dios,  esas que nos han sabido transmitir y permitir estar aquí, y nos han pasado el relevo a estas generaciones en camino y aprendizaje, ellas han sabido hacer el trabajo de su tiempo con sus fatigas, luchas y también esperanzas.

Todo el mundo oye el ruido de los árboles que caen, pero cuesta escuchar el sonido de los árboles que están de pie y siguen creciendo; de ahí la importancia del silencio lo que crece despacio, y en nombre del amor.

Quedarnos cerca del corazón del bosque que está creciendo.  Todas aquí en esta sala y fuera, de ella las que nos siguen comunión de espíritu hemos sido llamadas juntas por la vida del mundo, y para que la vida pueda continuar, por eso es que vale la pena los esfuerzos, y ese legado de nuestros ancestras, (os) pueda seguir dando frutos como verdaderos olivos.

La sala tuvo un silencio ensordecedor que nos mandó como María a acoger este día con ese bello canto que también ha revolucionado la historia de tantos hombres y mujeres por eso cantamos en los cuatro idiomas ¡MAGNIFICAT!

Por la noche estuvimos invitadas a deleitarnos con un baile para que nuestro cuerpo siga en movimiento y que nuestro espíritu no olvide que somos personas en camino, también nos acompañó un rico helado preparado por las organizadoras del evento.