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Espiritualidad y vocación

«Me parece que no damos suficiente atención a la oración, pues si no sale del corazón que debe ser su centro, es solo un sueño que no produce nada, pues la oración debe estar en el pensamiento, la palabra y la ejecución».
Los Escritos de la Madre Bourgeoys

Llevadas por la espiritualidad de la Visitación y de Pentecostés, muy querida por Marguerite Bourgeoys, las hermanas de la Congrégation de Notre-Dame y sus personas asociadas arraigan en su vida de oración la acción que las lleva hacia las personas, en respuesta a las necesidades del mundo.

El carisma de
la Visitación y
de Pentecostés

A la edad de veinte años, Marguerite Bourgeoys vivió un momento espiritual poderoso que cambió su vida y la llevó a ponerse al servicio de Dios. Comenzó a realizar este compromiso de acción al unirse a un grupo de maestras laicas externas afiliadas a la Congregación de Notre-Dame de Troyes en Francia. Estas jóvenes iban a los barrios desfavorecidos de aquella época.

El tiempo pasó y el plan de vida de Marguerite se hizo más claro. Ella se sintió llamada a imitar la vida de la Santísima Virgen y a formar una comunidad religiosa. Así es como se inspiró en la espiritualidad de María, especialmente en los relatos de la Visitación y de Pentecostés.

Lo que inspira la Visitación de María a su prima Isabel es el hecho de que María va hacia la otra y se hace presente en ella. Esta historia está en el corazón de la espiritualidad de servicio, de presencia y de acogida de la Congregación.

El relato de Pentecostés se refiere a la vida de María entre los apóstoles de la primera comunidad cristiana. Se destaca el sentido de comunidad, la participación en la Iglesia y la transformación de la sociedad. También es una invitación a poner los dones recibidos al servicio de los demás.

Estos textos del Evangelio y las reflexiones que aportan son fundamentales en el enraizamiento espiritual de la propia Marguerite, de las hermanas de la congregación que fundó y de las personas asociadas a la Congrégation de Notre-Dame.

Vivir hoy el carisma de Marguerite Bourgeoys

Por Denise Lamarche, CND

¿Qué entendemos por carisma? Un carisma es una fuerza de inspiración, un dinamismo de compromiso en un ángulo de percepción que moviliza una aptitud, una competencia, una habilidad a realizar una parte de la misión, una capacidad de actuar y dar testimonio. En resumen, es un don del Espíritu Santo para el bien común.

Es lo que podemos entender leyendo el capítulo 4, versículo 11 de la Carta a los Efesios. Los diversos dones o carismas enumerados en este versículo, los de ser apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, no son, por decirlo así, un regalo hecho sólo a las personas que los reciben.
«Así preparó a los suyos para los trabajos del ministerio en vista a la construcción del Cuerpo de Cristo». (Efe 4:12).

Marguerite Bourgeoys, portadora de un carisma

En 1653, una mujer llamada Marguerite Bourgeoys llegó de Troyes, Francia a nuestro país. Ella tenía un gran e importante carisma: el de la educación.

Vino a la Nueva Francia para reunirse con Jeanne Mance y Paul Chomedey de Maisonneuve con el propósito de abrir una escuela para los niños de los colonos. A causa del clima poco hospitalario, los niños morían a temprana edad, entonces, ella tuvo que esperar hasta el año 1658 para abrir su primera escuela.

El carisma, el talento de la educación que era el suyo, no lo enterró durante estos cinco años en que no pudo enseñar a los niños. Ella se hizo educadora en otro lugar y de otra manera: con los hombres y mujeres, educándolos para la vida de familia, la vida ciudadana y la vida cristiana.

Con su compañera Catherine Crolo, acogieron a las Hijas del Rey, les enseñaron sus roles de esposas y madres. Ella reunió a los hombres para levantar de nuevo la cruz de Mont-Royal y para construir la capilla Notre-Dame-de-Bon-Secours.

Marguerite Bourgeoys, en todas estas acciones, así como en su función de maestra, que practicó en cuanto pudo hacerlo, trataba de despertar la confianza de las personas para que a su vez hicieran lo mismo con las demás. Es lo que se llama hoy, según Paulo Freire, la educación liberadora.

Las hermanas perpetúan la educación liberadora

Después de algún tiempo, las hermanas de la Congrégation de Notre-Dame fundada por Marguerite Bourgeoys se convirtieron en maestras. Educaron generaciones de jóvenes en las escuelas primarias y secundarias, en los colegios clásicos, en las Universidades. Otras hermanas encargadas de la cocina y de otros trabajos domésticos enseñaban a las jóvenes señoritas a cuidar de una casa.

Ahora, a causa de la evolución de la sociedad y también a causa del envejecimiento, las hermanas maestras son mucho menos numerosas. Pero el carisma de Marguerite lo llevan todavía de diferentes maneras

Reagrupamiento de las personas asociadas de la Congrégation de Notre-Dame

¿Quiénes somos?

Mujeres y hombres comprometidos con su llamada bautismal a vivir la misión de servicio de Jesús en el mundo de hoy, a través de la justicia, el amor y la compasión.

En el mundo

Hoy presentes en 8 países de 4 continentes, el espíritu de Marguerite Bourgeoys y la misión de la CND inspiran a las hermanas y a las personas asociadas.

Nuestra misión

Como colaboradores, hermanas y personas asociadas, fieles a su vocación personal, nos comprometemos a proclamar con toda nuestra vida la Buena Nueva de un Dios amor.

Con audacia, queremos abrir otros caminos de liberación.

Con urgencia, reconocemos el drama de la exclusión y las estructuras injustas que las provocan.

Con pasión, queremos para toda la humanidad, una vida en dignidad y en plenitud.

Mutualidad y espiritualidad

En un espíritu de reciprocidad, las personas asociadas y hermanas se comprometen a:

  • Compartir la herencia espiritual de Marguerite Bourgeoys.
  • Participar en momentos de oración, celebración y renovación espiritual.
  • Colaborar en la misión de la Congregación de Notre-Dame.

El legado espiritual de Marguerite Bourgeoys

Confidente | Educadora | Mujer de vanguardia | Trabajadora social | Consejera matrimonial

La misión educadora de Marguerite Bourgeoys se inspiró en los textos de Lucas y los Hechos de los Apóstoles. Estos relatos presentan el encuentro de María con su prima Isabel, la Visitación, y la presencia de María en medio de los discípulos en Pentecostés y en la primera comunidad cristiana.

La espiritualidad de la Visitación y de Pentecostés se expresa de muchas maneras:

  • Identidad personal basada en la relación con Dios.
  • Mutualidad entre personas en encuentros importantes.
  • Atención a la acción del Espíritu en uno mismo, en las personas y en la comunidad reunida.

Hacerse persona asociada

Es caminar por lo menos un año con una hermana o una persona asociada.

Es descubrir juntas la vida y la espiritualidad de Marguerite Bourgeoys.

Es inspirarse en la espiritualidad de la Visitación-Pentecostés para vivir su vida como discípulo de Jesús, según su vocación personal.

Contactos

¿Le gustaría saber más? Si desea, póngase en contacto con una hermana o persona asociada por correo, por teléfono o por correo electrónico. communication@cnd-m.org