«Hay que dar los medios necesarios a la gente. Cuando das esos medios, das algún poder a la gente. Es lo que mantiene a las personas en pie.»
Denise Brunelle
Para la hermana Denise Brunelle, la educación liberadora no consiste en imponer unas soluciones hechas a las personas, pero a darles de nuevo el poder haciéndoles descubrir sus capacidades. Son capaces, entre sí, de encontrar unas soluciones a sus problemas.
Es en este espíritu que ella fundó en 1991, un colectivo de formación para las personas: el Colectivo de educación liberadora (CEL). El fin del CEL es de formar a los formadores que trabajan en los centros comunitarios.
Esta visión de la educación liberadora es perceptible en el proyecto de cómic (paquín) para los adolescentes al que participó activamente (con la hermana Céline Beaulieu, CND). Así, en Tommy et Cloé : le sang de Dracula et Tommy et Cloé : la course des Dieux, los personajes (que son adolescentes) encuentran juntos unas soluciones a sus problemas. La educación liberadora para los formadores puede hacerse en cualquier edad.
Grupo Solidaridad Justicia
La hermana Denise está presente desde el inicio de la fundación de la Red Solidaridad Justicia de la Congrégation de Notre-Dame en 1996. Este grupo quiere ofrecer unas herramientas a las hermanas que trabajan en los organismos comunitarios. Dedicado a los asuntos de justicia social, el Red se interesa a los problemas de pobreza, el tráfico de las personas, los derechos de las mujeres, el respeto del planeta y las problemáticas que tocan a los autóctonos.
El Grupo Solidaridad Justicia está al origen de la primera toma de posición de la Congrégation de Notre-Dame para la cancelación de la deuda de los países del tercer mundo. El Grupo participa también en la primera marcha mundial de las mujeres en 2000.
Réserve indígena de la Romaine 1974
Durante un trabajo de equipo, la hermana Denise y tres otros estudiantes desarrollan un proyecto: mandar a la Baie James unos carromatos de enseñantes y enfermeras para los niños y las familias que se van a instalar allá durante la construcción de instalaciones hidroeléctricas. Finalmente, el gobierno de entonces decide que sólo los hombres irán a la Baie James sin su familia. El proyecto muere. Pero una idea acaba de surgir.
Luego, la hermana Denise sale para enseñar en la Réserve indígena de la Romaine. Está acompañada de cinco otras hermanas. Es una joven comunidad que nace: ¡tres de ellas están en la veintena, las tres otras en la treintena. Allí, la hermana Denise descubre la cultura de los Montagnais de Unamen Shipu: «Aquello ha cambiado mi vida» dice ella.
La hermana Denise enseña las matemáticas, el catecismo, el canto y la cocina. Hasta abre un laboratorio de física.
Ministerio de presencia en el barrio
Hoy en día, jubilada, le hermana Denise sigue respondiendo a los llamados de la comunidad, de la gente de su lugar. Es atenta a las necesidades. Da unos cursos de matemática a los vecinos, ayuda a las personas en pérdida de autonomía.
«¡No estoy más en la escuela oficial, pero soy siempre enseñante, no puedo hacer de otra manera, no puedo no enseñar».