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Hermana Mengue Évangeline, CND, arboricultora de Meyomessala

«Me siento totalmente comprometida con la educación liberadora. Vivo a diario con jóvenes que no se sienten apreciados por la sociedad porque no tuvieron la oportunidad de ir a la escuela. Yo les enseño que trabajar la tierra hace a la persona libre e independiente».

Mengue Évangeline

La hermana Mengue Évangeline, CND, actualmente está implementando el proyecto de plantación de árboles frutales en Meyomessala, en un terreno de la Congrégation de Notre-Dame. La tala de árboles y la agricultura ha cambiado el paisaje de la región. Los árboles frutales son raros y por lo tanto los productos son muy caros. Plantar árboles incrementa la producción de alimentos para la comunidad local. También, la reforestación ayuda a mantener sano el medio ambiente de la región.

El proyecto está compuesto de sesenta tipos de árboles: aguacate, ciruela, mango, naranja, mandarina, guanábana y toronja. La venta de los productos financiará el proyecto.

La hermana Évangeline trabaja con los jóvenes que no tienen la oportunidad de ir a la escuela. Ellos son empleados a largo plazo, tomará de tres a cinco años antes de la primera cosecha y luego habrá que cuidar los árboles.

El equipo trabaja duro: tala árboles, sierra troncos, nivela el área, hace agujeros, transporta y planta los árboles jóvenes.

El trabajo se hace respetando la individualidad de cada persona.

El equipo también necesita mantener la tierra libre de plantas y parásitos invasores. Durante la temporada seca, el equipo debe caminar más de 200 metros para conseguir agua.

«Yo animo a estos jóvenes para que amen trabajar la tierra e inculco en ellos el amor por un trabajo bien hecho».

Lo que motiva a la hermana Évangeline es la relación cordial que tiene con estos jóvenes.

Historia

Esta no es la primera vez que la hermana Évangeline ayuda a los jóvenes. Del 2009 al 2012, ella dio clases de matemáticas en la escuela secundaria. Luego, se interesó en la agricultura y desde entonces ha participado en las sesiones de formación.

Cuando la Congregación compró el terreno en Meyomessala, las hermanas quisieron aprovechar este ambiente rural para desarrollar proyectos agrícolas. En Montreal, el Proyecto para reverdecer la Casa Madre tenía planes de financiar un proyecto de plantación de árboles para reducir la huella ambiental de la Congregación. La hermana Évangeline aprovechó la oportunidad; el fruto de su trabajo beneficiará a todos.