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Celebración de nuestra internacionalidad*

Chichi to ko to seirei no mina ni yotte, Amén.
(Señal de la cruz en japonés)

Canto de entrada: CHRISTE LUX MUNDI* o cualquier otro canto adecuado.

Christe lux mundi qui sequitur te, habebit lumen vitae, lumen vitae.

Cristo, luz del mundo, quienquiera que te siga tendrá la luz de la vida.

Líder: este año, en la celebración de nuestra internacionalidad, nuestra Orientación 2021-2026 nos invita a ensanchar aún más nuestro corazón para “vivir y profundizar la interculturalidad y la intergeneracionalidad, de forma intencional”.  En Fratelli Tutti, el papa Francisco comparte este compromiso: “Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad (fraternidad). Hermandad entre todos los hombres y mujeres”.

Lectora 1: Lectura del libro del profeta Isaías (Is. 2: 2-5)

Sucederá al fin de los tiempos que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella y acudirán pueblos numerosos, que dirán; “¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la Casa del Dios de Jacob! Él nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas”. Porque de Sion saldrá la Ley y de Jerusalén, la palabra del Señor. El será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. ¡Ven, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!

Palabra del Señor.

Todas y todos: Nous rendons grâce à Dieu. Te alabamos, Señor.

Líder: esta visión del profeta y del Papa tiene su eco en una pieza musical contemporánea, “Sing Gently” (Canta suavemente). *

Que cantemos juntos, siempre; que nuestra voz sea suave
Que nuestro canto sea música para otros, y que mantenga a otros en alto

Cantemos, cantemos suavemente, siempre; cantemos, cantemos juntos.

Que nos mantengamos juntos, siempre; que nuestra voz sea fuerte.
Que escuchemos el canto, y que siempre cantemos juntos.

Cantemos, cantemos suavemente, siempre; cantemos, cantemos juntos,
Cantemos suavemente como uno.

Lectora 2: Eric Whitacre, el compositor de esta pieza, reflexionó sobre lo que vivió en lo que acabamos de ver y escuchar:*

Ves a miles de nosotros cantando aquí… no sólo individuos reuniéndose, sino continentes… estados… comunidades… todos ellos reuniéndose de nuevo y siendo sanados como uno. ¡Me parece que eso es todo! Si podemos darnos cuenta de eso, entonces como pueblo podemos hacer cualquier cosa. Pero tiene que ocurrir juntos; es la única manera de que ocurra. Esta es la única manera en que pueda haber un cambio verdadero para seguir adelante.

Lectora 3: Regresemos a las palabras del papa Francisco:

Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! […] Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos.

Soñemos como una única humanidad,

como caminantes de la misma carne humana,

como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos,

cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones,

cada uno con su propia voz, todos hermanos.

Tiempo para compartir el sueño que el Espíritu ha plantado en nosotras…

(Después de unos minutos de silencio, cada persona puede compartir su reflexión).

Líder:  Dios nos llama a escuchar los gritos de nuestro mundo herido.
Recordemos esos gritos y respondamos a cada petición: Cristo, sé nuestra luz.

Oh Dios, Trinidad de amor, desde la profunda comunión de tu vida divina derrama sobre nosotras un torrente de amor fraterno.  Cristo, sé nuestra luz.

Concédenos el amor reflejado en las acciones de Jesús, en su familia de Nazaret y en la primera comunidad cristiana.  Cristo, sé nuestra luz.

Permite que los cristianos puedan vivir el Evangelio, descubriendo a Cristo en cada ser humano, reconociéndolo crucificado en los sufrimientos de los abandonados y olvidados de nuestro mundo, y resucitado en cada hermano o hermana que comienza de nuevo. Cristo, sé nuestra luz.

Puede añadir otras peticiones….

Padre Nuestro   (quizás en otro idioma, encontrará la letra al final de la oración)

Líder: ven, Espíritu Santo, muéstranos tu belleza reflejada en todos los pueblos de la tierra para que podamos descubrir de nuevo que todos somos importantes y todos somos necesarios, rostros diferentes de la única humanidad que tanto Dios ama.

Amén.

Canto final: un versículo de Hâtons-nous en chemin en un idioma diferente.

*Nota para la líder de la oración: este servicio de oración incluye un fragmento del video “Sing Gently”. Puede detener el video en el minuto 4:20 o reproducirlo hasta el final, que dura 10 ½ minutos. Si no va a proyectar el video, tal vez prefiera eliminar la breve lectura de Eric Whitacre.

Puede acceder los videos de la oración dando clic en los enlaces que aparecen a continuación o yendo directamente a YOUTUBE y buscándolos por medio de los títulos:

Encontrará los comentarios de Eric Whitacre en: https://www.youtube.com/watch?v=_fDNpqaer1w&t=1694s

La lectura de Fratelli Tutti se encuentra en la sección 8; la oración se encuentra al final de la encíclica.

Notre Père, qui es aux cieux,
Que ton nom soit sanctifié, que ton règne vienne,
que ta volonté soit faite sur la terre comme au ciel.
Donne-nous aujourd’hui notre pain de ce jour.
Pardonne-nous nos offenses comme nous pardonnons aussi à ceux qui nous ont offensés. Et ne nous laisse pas entrer en tentation, mais délivre-nous du mal, car c'est à toi qu'appartiennent le règne, la puissance et la gloire, pour les siècles des siècles. Amen.

Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.

Our Father, who art in heaven, hallowed be thy name;
Thy Kingdom come, thy will be done on earth as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread;
and forgive us our trespasses as we forgive those who trespass against us;
and lead us not into temptation, but deliver us from evil.
Amen.

Ten ni orareru watashi-tachi no Chichi yo,
mi na ga sei tosaremasu you ni.
Mi kuni ga kimasu you ni.
Mi kokoro ga ten ni okona wareru toori chi ni mo okonawaremasu you ni.
Watashi-tachi no hi goto no kate o kyou mo oatae kudasai.
Watashi-tachi no tsumi o o-yurushi kudasai.
Watashi-tachi mo hito o yurushimasu.
Watashi-tachi o yuuwaku ni ochiirasezu, aku kara o sukui kudasai.  

Amen.