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Impacto de la educación liberadora – Hna Sandra

Impacto de la educación liberadora en relación con la práctica de la justicia social a 60 años de presencia CND en Honduras

Estamos celebrando este año los 60 años de caminar con este pueblo hondureño y son muchos los sentimientos que nos surgen al hacer una relectura del camino recorrido… la mayoría son de agradecimiento y alegría de lo que hemos vivido en la misión como Hermanas en la pastoral parroquial con mujeres, niños, jóvenes y familias. También estamos comprometidas con una educación liberadora que alcance los más pobres y excluidos.

Actualmente tengo 22 años de pertenecer a esta Congregación y puedo decir que ha sido muy significativa la experiencia desde los inicios, cuando conocí a las Hermanas me motivó su espíritu misionero, su sencillez de vida, de entrega a los más necesitados en uno de los barrios pobres de Tegucigalpa de donde soy originaria.

En la persona de Margarita Bourgeoys encontré una experiencia que me fascinó, su manera de acoger en el corazón del evangelio de Jesús, descubrir en ella una mujer de fe, atenta a los signos de los tiempos, valiente capaz de pedir ayuda, de buscar, de discernir y de acoger al pobre especialmente a las mujeres a las niñas, a los enfermos, en fin a todos y eso era algo de lo que yo quería vivir en la vida religiosa.

En las Hermanas encontré mujeres alegres, dinámicas valientes, verdaderas hijas de Santa Margarita que me acogieron y me animaron con su testimonio y entrega a la gente más pobre. Unos días antes de mi entrada oficial, tuve la dicha de celebrar con las Hermanas los 300 años de Margarita Bourgeoys con una Eucaristía muy significativa en iglesia San Martín de Porres en Tegucigalpa.

Sería imposible escribir aquí toda las experiencias que a lo largo de estos 22 años he vivido como Hermana de la congregación en las diferentes misiones que se me han encomendado, algunas de las cosas que he aprendido en este tiempo que puedo compartir con ustedes, ha sido comprender lo que verdaderamente significa pertenecer a una comunidad internacional y el sentido profético que tiene la vida comunitaria en el mundo individualista de la actualidad, todas estas vivencias me han ayudado a desarrollar mi sentido de pertenencia la congregación y todas estas experiencias vividas a lo largo de estos años me han ayudado a madurar y crecer en diferentes aspectos de mi vida personal.

En la Región Nuestra Señora de Guadalupe parte de nuestra misión y desafío es ser Presencia significativa y de discernimiento constante para descubrir en estos nuevos sujetos sociales emergentes una invitación a renovar nuestra propia llamada, a recordar que somos parte del pueblo y estamos llamadas como ellos a vivir transformaciones radicales y profundas para seguir dando testimonio coherente del seguimiento radical de Jesús y su proyecto del Reino.

Los tres elementos esenciales que tratamos de reflejar como hermanas CND:

  • Opción por los pobres y la cercanía al pueblo desde una educación liberadora
  • La Oración y comunión con Dios desde nuestra vivencia como Consagradas
  • El seguimiento radical de Jesús y su proyecto del REINO que nos lleva a un compromiso concreto desde el amor.

Renovándonos constantemente hacemos el esfuerzo esperanzador de vivir a la manera de María en su visitación Pentecostés, siguiendo a Cristo con nuestra vida de “claustro interior” y de “vida vagabunda” para la Misión, como decía nuestra Santa Fundadora.

Estamos invitadas a hacer memoria desde nuestro Carisma y Espiritualidad, el hacer memoria es una expresión con fuertes resonancias bíblicas, que no nos deja simplemente en el pasado, sino que nos compromete hoy en el cotidiano de nuestras vidas, interpretando ese pasado de una manera creativa y dadora de sentido. Hacer memoria es encontrar el hilo conductor que unifica, motiva, enriquece e impulsa nuestra vocación. La memoria nos debe llevar a las dos fuentes que han dado origen a nuestra misión: la persona de Jesús y el Evangelio por un lado; nuestra Fundadora, los primeras Hermanas y el carisma que nos transmitieron por otro. La memoria carismática más que una teoría es una historia de amor. Manifiesta la intervención de Dios en el pasado, cuando nuestra Congregación daba los primeros pasos; intervención que se ha prolongado a lo largo de nuestra historia por más de 400 años y que nos da la certeza de que Dios sigue presente en nuestro aquí y ahora y lo estará en el futuro, manifestando su providencia y protección. Se trata de una memoria colectiva que nos da sentido de identidad y de pertenencia y debe inspirar nuestra misión en todas sus formas.

Nuestro Dios es un Dios que camina con su pueblo, que está en movimiento siempre… Jesús se acerco a los pobres, vivió en medio de ellos, los amaba, era sensible a sus sufrimientos, los aliviaba y denunciaba las injusticia y la opresión que se cometía con ellos. Cristo nos amó hasta la muerte, amar a Cristo puede significar lo mismo para nosotros/as si queremos que la Vida Religiosa Místico profética, profético mística sea portadora de esperanza.

En nuestra época nos hallamos ante signos inciertos y particularmente desafiantes. Nos invitan, por eso, al discernimiento que nos permite ir a lo esencial, sin enredarnos en lo secundario y coyuntural. Nos convocan a situarnos ante lo que viene, a partir de lo actual y sin olvidar nuestras raíces. Me parece que estamos llamados a vivir la vida y los escritos de nueastra Fundadora Santa Margarita Bourgeoys y la historia de los primeros Hermanas que nos han precedido, abiertas muchas de ellas a aventuras misioneras y educativas que hoy nos parecen heroicas, como memoria profética que nos compromete con nuestro aquí y ahora a partir de la realidad que hoy vivimos.

Esta es nuestra memoria peligrosa, esta es nuestra misión y la misión de cada una de nuestras obras en CND Nacimos como instrumento de salvación, de una salvación integral que abarca la totalidad de la persona, de todas las personas, pero con una ternura muy particular y como opción primera por los pobres, excluidos, abandonados y las mujeres y los niñas y con la inspiración de contemplar a María en el encuentro con su prima Isabel y este es el contenido que queremos ilumine nuestra opcion de educacion liberadora y sus propuestas de futuro.

Seguir a Jesús y enraizarse en él desde el amor y la compasión es también vivir desde este espíritu de nuestra Fundadora Santa Margarita Bourgeoys que fue una mujer de una escucha profunda a Dios, fue al mismo tiempo una mujer inserta en su sociedad y en la realidad de su tiempo. Como recordamos en sus escritos. Señalare algunos elementos que me parece importante recordar y que pueden iluminar nuestra realidad actual:

Margarita había recibido una invitación para educar a niño/as y mujeres, ante una difícil realidad en Montreal de la que más tarde ella será cofundadora, consulta a sus confesores, quienes le apoyan de emprender la obra, y hasta la Santísima Virgen María le confirma su apoyo con el ¡Ve no te abandonaré! Y es con esta gracia que emprende su viaje junto a 100 hombres reclusos y también a una niña.

La travesía duró tres meses; aquí paso muchas penas, el barco se escapó de hundir, se desató una peste, donde muchos hombres murieron, así que Margarita tuvo que hacerse enfermera, Confesora y sin bajar la “guardia” continuar su viaje.

Por fin llega a su destino pero resulta que la realidad era dura en aquel lugar, costó para empezar a reunir los niños/as. Ya que el deseo de servir era tan grande por lo que no se queda de “brazos cruzados” así que colabora en muchas actividades con la gente.

Un día ella recibe una casa establo de piedra, ella muy contenta lo limpia para realizar su gran sueño, ¡La escuela! La arregla, y ubica lo que era el palomar como su vivienda y de sus futuras compañeras. Margarita conserva toda su disponibilidad en manos de Dios, pero la vacación revelada en Troyes no se olvida, ni tampoco la asistencia espiritual recibida en la Congregación externa.

Nuestra Historia se ha caracterizado por la capacidad que ha tenido nuestra Fundadora de volver a empezar en tiempos difíciles. Hoy no debemos recluirnos en nuestros heridas, desánimos y dificultades, al contrario, como ella estamos llamadas a ser creativas con nuevas respuestas allí donde nuestra presencia sea más necesaria.

Tengo muchas cosas que agradecer a Dios de lo vivido como Hermana de la congregación especialmente en los momentos donde me ha tocado responder a su llamada desde este Carisma y Espiritualidad específicos y de todas las dificultades que tenido que enfrentar para responder y tener la certeza del amor y la fidelidad de Dios a pesar del barro de mi fragilidades, mi pobreza ante la riqueza de su misericordia que me que me ha llegado hasta el día de hoy.