Impacto de la educación liberadora – Hna Silvia
Foro sobre la educación liberadora y la práctica de la justicia social de la CND en la Región Nuestra Señora de Guadalupe.
Influencia que ha tenido en mi vida la práctica de la educación liberadora y la justicia social vivida por cada una de las hermanas desde estos 60 años de presencia en Honduras.
Quiero empezar diciendo que soy de la generación de hermanas que ha visto más partir de nuestras tierras a las grandes misioneras de hermanas que vinieron tanto de Canadá como de EE.UU. Entonces me gusta sentir que soy de las hermanas que con un corazón agradecido recogemos los frutos de pasión, amor, entrega y de profunda convicción por el anuncio del Reino de Dios que desde el Espíritu Visitación-Pentecostés estas hermanas han dejado impregnado en nosotras, y, porque no decirlo en nuestro pueblo.
Hago memoria de este impacto que ha generado en mi vida el trabajo por la educación liberadora y la práctica de la justicia social de la CND desde antes de entrar a la congregación y por su puesto ya estando dentro no solo de cómo me ha impactado sino del cómo estoy llamada a hacerlo vida hoy. Y esta memoria la quiero recoger a la luz de 4 importantes aspectos que se reflejan en el Magníficat y que desde mi experiencia han sido la manera particular de la CND en el trabajo por la educación liberadora y la práctica de la justicia social:
El primer aspecto del Magníficat es este:
- “Mi alma canta la grandeza del Señor”
He visto mujeres que con todo su ser y su vida han sabido cantar las grandezas de Dios en sus vidas y por lo tanto en la vida del pueblo que han acompañado. Mujeres que en sus grandes aciertos y desaciertos han sabido ser una presencia cercana del Dios que busca la planificación del ser humano y eso reconociéndolo primero en sus propias vidas. La Educación liberadora y la práctica de la justicia en estas tierras de tanta injusticia, de violación a derechos, de miseria, de grandes desigualdades es un gran desafío que desinstala cada día, pero que también abre todo nuestro para recuperar y hacer germinar ahí las grandezas de Dios y buscar caminar cada día por la construcción de Reino de Dios.
Así se ha hecho vida la práctica de la justicia y la educación liberadora en estas tierras aprendiendo a descubrir las grandezas de Dios.
El Segundo aspecto del Magníficat es:
- “El poderoso ha hecho grandes cosas por mi”
La educación liberadora y el trabajo por la justicia han estado también traspasado por esta experiencia de ayudar a dignificar a la persona desde el reconocimiento que a partir de su concepción DIOS le amó y le soñó plenamente libre, por eso la presencia profética de las hermanas CND en la Región ha sido movida por este espíritu de ir reconociendo en ellas mismas y en el pueblo en como Dios en medio de estas realidades sigue haciendo cosas grandes y que su llamada es para que junto a otros/as podamos irlas gestando esas “cosas grandes de Dios” con gestos pequeños en la cotidianidad de la vida.
El tercer aspecto del Magníficat con el que identifico el trabajo de la educación liberadora y de la justicia social de la CND en la región es:
- “Colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos”
La esperanza activa, la fortaleza sabia, la alegría y la rebeldía discernida de querer estar y acompañar los procesos evangélicos desde la periferias o los pequeños/as que más necesitan es y ha sido por la firme convicción de que son los y las preferidas de Dios. Las luchas y trabajos en los proyectos, las pastorales parroquiales y todos los acompañamientos que la cnd ha realizado en nuestra región aun en medio de todas las limitaciones y dificultades vividas he visto y reconozco mujeres audaces y capaces de ver más allá de las estructuras y apostar y permanecer con quienes más lo necesitas para hacer vida este sueño de Dios de que estos quienes más sufren también tengan acceso y puedan por ellos mismos seguir caminando.
- “María, se quedó con Isabel 3 meses”
Educación liberadora y trabajo por la justicia ha significado darlo todo y de la mejor forma posible en esa alegría de saber que se da pero que también se recibe. La formación, el acompañar ha sido desde ese quedarse para que el proceso sea más liberador e integral.
Ese “Quedarse” basado en el trabajo de la CND en la región no es sinónimo de ser indispensables o de buscar permanecer en un lugar por apegos que desde nuestra fragilidad humana pues puede darse, pero ese “Quedarse” desde mi experiencia puedo decir que ha sido más de cercanía, de respeto, de eso que llamamos hacerse parte de los pueblos, de aprender a caminar y amar a la gente con todo lo que es y luchar junto por su liberación y su mayor humanización.
En resumen puedo decir que para mí esa es la herencia que hemos recibido y que seguimos buscando hacer vida en la región desde ese Espíritu de Visitación-Pentecostés: ser mujeres de esperanza activa, alegre, soñadora y de seguir apostando porque la alegría y el sueño de vida de dios se haga vida en quienes más lo necesitan.
MUJERES CON ENTRAÑAS DE COMPASION DE ESPIRITU ALEGRE Y SORORIDAD PARA NUESTRO MUNDO DE HOY.