Misioneras por el Reino, viajeras por el Evangelio
Las primeras misioneras CND enviadas a Honduras respondieron con amor al llamado del papa Juan XXIII, quien había lanzado una invitación a “abrir el corazón para ir a América Latina”.
Cinco viajeras canadienses, pioneras de la fundación en Honduras: Noemie Desmarais, Denise Blondin, Cecilia Mckernin, Cécile Duplain y Fleurette Daigneault, emprendieron su vuelo, abriéndose a una aventura desconocida,
Ellas llegaron a Tegucigalpa el 13 de octubre de 1962, donde fueron bien recibidas por misioneros canadienses.
Desde el año 62 hasta la fecha más de 50 hermanas han entregado su vida a en nuestros países llamados del sur. Mujeres apasionadas por el reino, inspiradas por Sta. Margarita Bourgeoys
Mujeres de Visitación, de encuentro y de acogida, como la virgen María se pusieron en camino para ir a los lugares más recónditos; en mula, a caballo, a pie… De esta manera pudieron conocer y palpar la realidad de nuestros pueblos.
Cuántas vidas transformadas de mujeres y hombres que hoy dan un aporte a la Iglesia y a la sociedad, poniendo en práctica los valores recibidos de cada una de ustedes, haciendo vida la educación liberadora.
¡Cuántas hermanas latinas beneficiadas! Su vivencia de la espiritualidad y del carisma llegó al corazón y vida de jóvenes hondureñas, guatemaltecas y salvadoreñas. Algunas de ellas decidieron dar un sí a la llamada de Dios, convirtiéndose en hermanas CND.
Celebramos 60 años de presencia en Honduras. ¡Cuánto hay que agradecer a Dios queridas hermanas! Sí, ustedes encarnaron los deseos profundos de Sta. Margarita Bourgeoys, mostrando con su ejemplo de vida como ser: María de la Visitación, María del Magníficat y María del Pueblo. Encarnaron en sus vidas la llamada de Medellín y Puebla que invitaba a vivir los valores del Evangelio, para responder a los gritos del pueblo, que clamaban al cielo ser escuchados.
Infinitas gracias, queridas hermanas, por haber tomado el riesgo de aventurarse a lo desconocido, como lo hizo Sta. Margarita Bourgeoys, confiando en el “ve, no te abandonaré” de la Virgen María.
Gracias por enseñarnos lo que significa en lo concreto “la opción preferencial por las y los pobres”, acompañar y hacer camino con quienes el sistema ha excluido, marginado, descartado…
Gracias por enseñarnos, al estilo de Jesús, a hacer presente el reino de Dios aquí y ahora, dignificando la vida de las personas.
Como región Nuestra Señora de Guadalupe, celebramos 60 años de presencia CND en Honduras, y con todas las hermanas que nos antecedieron, cantamos ¡Magníficat!