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Noticias de la Provincia Marguerite-Bourgeoys

Presentación del Carrefour Marguerite-Bourgeoys por la hermana Nicole Bernier

El año pasado el Carrefour Marguerite-Bourgeoys celebró su 40 aniversario de fundación. Su misión es proporcionar un entorno de vida que promueva la independencia y la inclusión social de las personas mayores, ofreciendo una serie de actividades de educación popular y un servicio de acompañamiento a las más vulnerables. Actualmente cuenta con 175 miembros, 25 de ellos voluntarios.

El centro ofrece diferentes cursos: español, francés, inglés, yoga, arte, genealogía, baile en línea, un club de lectura y varias sesiones informativas sobre la salud, la seguridad y el envejecimiento. Una trabajadora social hace visitas a domicilio a muchas personas que necesitan.

El pasado mes de diciembre, el Carrefour se instaló en un nuevo local en el 425 Sherbrooke Este, en la planta baja de un edificio de 17 pisos. La hermana Louise Gélinas, una de las cuatro fundadoras CND, lleva 41 años dando clases de tejido. ¡Qué compromiso!

La hermana Nicole Bernier es miembro del consejo de administración desde hace 7 años. ¡Santa Marguerite Bourgeoys debe de estar muy orgullosa de lo que ocurre en el Carrefour!


SASMAD en la ciudad de Quebec (por la hermana Claudette Houle, equipo directivo)

El Servicio de acompañamiento a domicilio para las personas enfermas y mayores (SASMAD) sigue desarrollándose y ampliándose desde el verano de 2018.

Recientemente elegimos un consejo de administración compuesto por nuestros voluntarios, que se han propuesto convertir nuestro servicio en una organización sin fines de lucro. El proceso está bastante avanzado y esperamos una respuesta positiva para el próximo otoño.

Cada vez más personas nos piden hacerse voluntarios o que les demos acompañamiento. Nuestro último grupo de candidatos formó el decimotercer grupo de voluntarios. El sábado 13 de abril hicieron su compromiso. Una voluntaria dio testimonio de lo que esto significa: “Nada de técnicas complicadas, solo dejarse guiar y ver la belleza del ‘corazón profundo’ que hay en la otra persona y también en mí misma”.

¡Demos gracias por tantas maravillas y bendiciones! Cuando los voluntarios visitan a las personas mayores y/o enfermas la misión de la Congrégation de Notre-Dame continúa con el Espíritu Santo en acción con María y Marguerite Bourgeoys.


“Vamos a La Petite École para triunfar y ser felices” por las hermanas Denise Rivard y Carmen Savard.

En la Petite École Jeanne-Marguerite, las personas jóvenes y las menos jóvenes celebraron, el 17 de abril, el cumpleaños de Marguerite Bourgeoys. Esta celebración despertó la admiración de grandes y pequeños, ya que, después de unos cálculos ingeniosos, descubrieron que tendría ¡404 años!

Como cada niño tiene derecho a una merienda para su cumpleaños, ¡todos estaban invitados a una merienda festiva en honor de Marguerite! Le cantamos el “Cumpleaños feliz”, y los que quisieron le escribieron sus deseos y agradecimientos. En su ingenuidad, uno de los niños preguntó si podíamos enviárselo al cielo. La mayoría de ellos le agradecieron sobre todo haber fundado la primera Petite École, conscientes de que lo que hoy viven no habría sido posible sin la escuela de 1658.

Gracias a la generosidad de la hermana Madeleine Rochette, todavía tenemos una hermosa réplica de la escuela-establo de Marguerite para recordarnos sus orígenes. De este modo, los jóvenes y los voluntarios desarrollan un reconocimiento auténtico a la mujer que continúa siendo nuestra inspiración diaria.

La Petite École cuenta con 8 voluntarios: 4 hermanas de la Congrégation de Notre-Dame (las hermanas Gisèle Bourque, France Cossette, Denise Rivard y Carmen Savard) y 4 laicos.


Recuerdos/retazos de vida

Testimonio de una resurrección por la hermana Bernadette Breton (Residencia Mahonia)

Sucedió cuando formaba parte del equipo pastoral de la parroquia de Rivière-de-Corps, en Francia. El sábado por la tarde, antes de la misa, el párroco Gontran de Tricornot vio en la penumbra a una mujer que lloraba. Como no tenía tiempo para escucharla, le aconsejó que fuera a ver a la hermana a la recepción del presbiterio el jueves siguiente.

Cuando me enteré de la cita, temí que no hubiera seguimiento… Pero cuando llegó el día, Christiane se presentó. Ella comenzó a relatar la historia de sus desdichas. Casada por orden de sus padres porque estaba embarazada, ella dio a luz a Arnold. La pareja era feliz y se llevaba bien. Pasaron unos años y el marido desarrolló una enfermedad que lo dejó parapléjico e incapacitado para trabajar, ahora tiene que utilizar una silla de ruedas eléctrica para desplazarse. De adulto, su hijo se alistó en el ejército. Conoció a Catherine y se enamoró de ella. Un día, ella le dijo que lo dejaba para unirse a las dominicas. Arnold regresó a casa de sus padres y se suicidó en el sótano…

En la tercera reunión, cuando ya la había escuchado con compasión y respeto por sus lágrimas, le pregunté si tenía la oportunidad de salir un rato de casa para aclarar los pensamientos. Me dijo que frecuentaba los cementerios para recoger macetas vacías y decorarlas con pedazos de telas y fieltro para venderlas o regalarlas.

Le di cita para la semana siguiente, y la puse en contacto con Monique, la responsable de la organización Secours Catholique. Esta organización reúne a las personas necesitadas de la parroquia una vez a la semana para realizar actividades artesanales en un espíritu de hermandad. ¿Quizás Christiane podría convertirse en animadora? Después de hacer las presentaciones correspondientes el día mencionado, la llorona se convirtió en una mujer feliz de poder salir de casa, de ayudar a los demás compartiendo sus talentos y, sobre todo, de poder hablar con Monique, ¡una mujer feliz y compasiva a la vez!


“Vamos, las envío a proclamar la Buena Nueva” por la hermana Michelle Boulanger (Mégantic)

Llevo más de 30 años compartiendo la Buena Nueva con mis alumnos de primer año. Caminé con ellos y disfruté hablándoles de Jesús. Poco antes de terminar esta misión, una hermana me pidió que la sustituyera y diera la comunión en una residencia de Boucherville. Molesta y sorprendida, dudé antes de aceptar; el Señor me esperaba a la vuelta de la esquina. Esta fue una llamada real, una visitación. Cuando regresé, sabía que ese «sí» significaba que iba a trabajar con personas mayores. Yo continué este servicio en 2 residencias de esta zona hasta que dejé la ciudad.

En Lac-Mégantic, fui recibida con mucho cariño por la hermana Lisette Fillion, que facilitó mucho mi integración en la comunidad. Al mismo tiempo que permitía a mi madre seguir viviendo en su casa hasta el final, empecé a visitar a personas mayores en varias residencias. Cuando murió en 2001, continué trabajando con personas mayores. Aún hoy, cada semana, en la residencia Manoir Salaberry, me reciben con los brazos abiertos unas diez personas. Mi presencia les permite recibir a Jesús, el Pan de Vida. Yo vivo verdaderos encuentros, visitaciones. En cada celebración, comenzando por el Evangelio, les hablo de Jesús, cantamos y rezamos, y sé que el Espíritu actúa, ayudándonos a caminar hacia una mayor comprensión del gran amor del Padre.

Cada mes, tengo la alegría de encontrarme con mis amigos de Voilier de l’Espérance, nuestro grupo Fe y Luz de personas con discapacidad intelectual. A veces, los domingos, también soy ministra de la Comunión. A lo largo del día, mis visitas toman la forma de encuentros, servicios recibidos y prestados, y la hermosa hermandad de los vecinos.

Después de llevar la Palabra a los niños, continuo mi trabajo con las personas mayores. Tantas sonrisas alegres, tantas miradas cómplices, acogedoras y compartidas, tantos encuentros auténticos, tal como quería Sta. Marguerite Bourgeoys, imitando la vida de María visitando a su prima Isabel. Como los discípulos de Emaús, puedo decir: “¿No nos ardía el corazón mientras caminábamos?” Esta es una invitación a comunicar nuestra felicidad, a continuar juntas el camino hacia la eternidad. ¡Magníficat!