La hermana Beatrice Baker vive la misión de la Congregación en las periferias, ya sea de cerca o de lejos.
Durante los últimos años, ha visitado la frontera entre los Estados Unidos y México para colaborar con las organizaciones que ayudan a los inmigrantes. En diciembre de 2022, durante su visita de tres semanas a un gran centro de acogida de inmigrantes en Texas, dirigió oraciones, ayudó a servir comidas y distribuir ropa. También conversó con hombres, mujeres y niños, y escuchó sus historias de viajes peligrosos y arriesgados desde su país de origen hasta los Estados Unidos. Expresaron su fe y su confianza en Dios y en la Madre María para que les protegieran, así como su profundo agradecimiento por el amor y el cuidado de Dios.
Al regresar a West Haven, Connecticut, quiso compartir su experiencia en la frontera con los feligreses de su parroquia. Los feligreses que la escucharon con el corazón abierto y el deseo de apoyar a sus hermanos y hermanas respondieron formando la Comisión de Bienvenida. Decidieron recoger ropa, muebles y utensilios de cocina. Al no tener un lugar donde distribuir estos artículos, los 2 garajes del convento se convirtieron en el centro. Los miembros se ofrecieron como voluntarios en el banco de alimentos local. En 6 meses han acogido a 100 familias y las han invitado al garaje-centro, que abre todos los domingos durante 4 horas. Hay un flujo constante de feligreses que donan artículos y de inmigrantes recién llegados que los reciben.
Dios nos guía a lo largo de nuestra vida y un paso nos lleva al siguiente. Los muchos años de misión de la hermana Beatrice en Guatemala y su dominio del español la han preparado para este nuevo ministerio.