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Resumen acciones

Las hermanas de la Congrégation de Notre-Dame de Montréal en Centro América, se han envuelto en diferentes actividades en este tiempo de confinamiento. Su labor cotidiana se encamina a la educación, acompañamiento (psicológico, espiritual), formación de agentes de pastoral, formación para para catequistas, acompañamiento a familias, proyectos de educación alternativa, enseñanza de estrategias de salud preventiva y salud alternativa.

Para seguir acompañando de manera efectiva y solidaria a las personas con quienes a diario acompañan, las hermanas CND han buscado, y siguen buscando maneras diversas (algunas nuevas y no exploradas para ellas):

Las hermanas han dedicado tiempo para ofrecer acompañamiento “virtual” a las personas que lo han pedido, ya sea por encontrarse en situación de vulnerabilidad emocional o por terapias de otro tipo,  el tiempo es también dedicado a la oración comunitaria, personal y muchas veces por medio de teléfono, en fin, todo tiempo es bien ocupado . Han dedicado su tiempo a “crear celebraciones virtuales” y compartir la fe con diferentes personas en sus parroquias, las visitas “con las medidas apropiadas de seguridad” no han faltado, especialmente para corroborar el bienestar de personas más necesitadas.

El constante desarrollo de videos y videollamadas para seguir el espacio de formación, el vínculo entre las personas pero sobre todo el compartir de la esperanza y buen ánimo, es un trabajo casi diario para ellas.

El trabajo en favor de la educación desde el programa educativo “Maestro en Casa” tampoco se ha detenido. Este proyecto de educación a distancia ha tenido que “adaptarse en los tiempos de cuarentena”, alcanzar a las y los estudiantes de bajos recursos no es tarea sencilla; no todos cuentan con los medios tecnológicos requeridos para poder seguir sus clases, sin embargo las búsquedas continúan para no excluir a nadie (Santa Bárbara, Honduras). 

Las tareas de acompañamiento directo a las personas que por sus grandes carencias económicas no pueden contar con lo básico para suplir sus necesidades, también se ha convertido en una preocupación muy presente en las hermanas. Lastimosamente los países centroamericanos se ven insertos en realidades de exclusión, discriminación, pobreza, corrupción, mala distribución de la riqueza, explotación, desempleo, etc. Todas estas situaciones hacen que el tiempo de cuarentena y cierre de diversas áreas laborales afecte de manera grave a las personas. El empleo parcial de muchos se ha vuelto casi nulo.

as hermanas han puesto a andar sus dones para procurar colaborar con quienes es posible hacerlo, ya sea con la elaboración de mascarillas (para niños y niñas de una escuela rural en San Salvador, El Salvador) y el trabajo conjunto y organizado con mujeres de tres comunidades para la creación de comedores comunitarios: la entrega de insumos y víveres básicos para que las familias puedan elaborar sus propios alimentos (EL Progreso, Yoro, Honduras). En este tiempo de emergencia se hace prioritario salvar la vida

Sin duda la coyuntura actual nos coloca en situaciones de fragilidad y vulnerabilidad; sin embargo este nos habla de solidaridad, de preocupación por la otra y el otro, de empatía, cercanía y por supuesto las ganas de vivir… ganas de luchar por la vida.

Santa Margarita nos sigue impulsando, el “Ve, no te abandonaré” que recibió de Dios por medio de María de Nazareth sigue acompañando a cada hermana de la Congregación; a cada una de ellas, que desde su lugar sigue con gran atención y empatía las luchas diarias (las personales y colectivas) a través de la oración, la búsqueda de alternativas inclusivas y el caminar solidario.

El mandamiento del AMOR, está “ardientemente impreso” en cada corazón y cada gesto de las buenas personas con que a diario nos encontramos son testimonio de ello.