Visitación

El evangelio que me inspira a vivir la espiritualidad de la Visitación en mi vida diaria es el de San Lucas; 1; 26-45. “Llegó el ángel hasta ella y le dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.”, “por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel”.

Según el evangelio de San Lucas, definiré personalmente la Visitación como un acto de recibir o de acoger a las personas que se acercan a mí y a su vez que se dirijan a los demás. En otras palabras, hacerme un instrumento de la Visitación.

En mi vida diaria me dejo visitar con alegría y acojo el mensaje que me llega, como María, que supo acoger el mensaje del ángel para transmitir el importante mensaje a los demás. En esa visitación, visito a Dios en los demás y también permito que los demás visiten a Dios en mí. En mis encuentros con los demás, puedo sentir al Dios del amor, la alegría y la paz. Es maravilloso ver cómo Dios se manifiesta a través de nosotras, pero también a través de los demás en nuestras visitas diarias.

En todo, vivo cada día el misterio de la Visitación, en cada encuentro que tengo con las demás personas a mi alrededor.